QUE NOCHE LA DE AQUEL DIA

Despues de tantas horas de vuelo llegamos al aeropuerto de ATLANTA. El correspondiente nerviosismo de la gente para bajarse del avión ,las prisas por pasar la aduana y empalmar con el otro vuelo… y la INCOMPETENCIA del personal americano (de aduanas).
Llegamos a Atlanta con un margen de tres horas para enlazar con el vuelo que nos llevaría a Chicago;y aunque no os lo creais, perdimos el vuelo.Estuvimos casi tres horas en la cola de la aduana.( IM-PRESIONANTE ).Cuando llegamos al siguiente vuelo,nos dieron con la puerta en las narices “overbooking”,nos cambiaron los billetes para el siguiente vuelo,otra vez “overbooking”;estaba difícil porque eramos 22,y sí,la misma palabra por tercera vez.
Despues nos dicen que ya no quedan vuelos a Chicago para el viernes ( ya, són las 9 de la noche en Atlanta ) y hay que tomar una decisión.( Todos los tramites y peleas los soluciona Lidia y Rosa que dominan el idioma de Shakespeare .
El grupo se divide ,y unos deciden comprar un vuelo y marcharse a dormir a Chicago, otros con niños deciden ir a dormir a un hotel cercano al areopuerto; pero el grueso del pelotón decidimos quedarnos en el aeropuerto para intentar salir en el primer vuelo a Chicago.
Os podeis imaginar la noche “toledana” que pasamos en el aeropuerto, tirados en bancos , sentados, con todo cerrado, solamente en insoportable ruido de las maquinas de limpieza. El personal de limpieza del areopuerto si se porto bien, nos trajeron un “kit” con los utensilios básicos para pasar una noche en el aeropuerto, es decir cepillo de dientes, camiseta, maquinilla de afeitar , una manta etc. Pero a penas pudimos dormir.
A las cinco de la mañana nos postulamos en el mostrador de DELTA, para que los primeros billetes fueran para nosotros, y así fue. Salimos a las 9,55 horas. Y todo esto aderezdo con que noveiamos nuestro equipaje desde que salimos. ¿ Donde estaba nuestro esquipaje ?
Mal recuerdo tenemos de la ciudad que fue olímpica.

Ya estamos en CHICAGO , cansados , sin dormir, sin descansar, mal comiendo; vamos lo ideal para enfrentarse en menos de 24 horas a la distancia mitica de maratón.
No es la mejor manera de llegar al maratón, se rompiron todas nuestras rutinas , nosotros solemos descansar el jueves y el viernes, para realizar en la ciudad elegída un ligero trote el sábado, para soltar las piernas del viaje.
Pero aquí ya no podía ser, llegamos al hotel sobre las 13 h, nos acomodamos, comimos algo, y a cumplir con otro requisito para correr el maratón, recoger los dorsales y darle caña al merchandaisi.
Los dorsales no tuvimos que recogerlos, por que ya nos los había traido JOSITO, al hotel (otro clásico de nuestros viajes), cena prontito en un italiano (como nó), y a la cama que mañana hay que madrugar; nos tenemos que levantar a la cinco de la mañana; ya que el maratón empieza a las siete y media.
(el equipaje estaba en el areopuerto de Chicago en un ricón apartado, menos mal ; porque unque la ropa y las zapatillas siempre las llevamos en el equipaje de mano, teníamos toda la ropa de abrigo)